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lunes, 21 de junio de 2010

INICIACION DEPORTIVA EN EDAD ESCOLAR



Antes de abordar los aspectos concernientes a la iniciación deportiva creemos conveniente definir que es lo que entendemos por deporte. De esta forma, tomando el concepto que realiza Parlebas (1986), el deporte es aquella "situación motriz de competición institucionalizada y reglada".


Así mismo, este mismo autor, realiza una clasificación teniendo en cuenta la presencia y/o ausencia de comunicación práxica. De esta forma los deportes se clasifican en:


a. Deporte psicomotriz. Caracterizado por la ausencia de comunicación práxica.


b. Deporte sociomotriz. Caracterizado por la presencia de comunicación práxica. A su vez distingue:


· Comunicación motriz. Cooperación con el compañero.


· Contra-comunicación motriz. Oposición contra adversario.


· Comunicación motriz y Contra-comunicación motriz. Cooperación con el compañero y oposición contra el adversario.



Clasificación de los deportes (Parlebas, 1986; en Hernández Moreno, 1994)


De esta forma el presente artículo pretende centrarse en el ámbito de la iniciación deportiva de los deportes de cooperación / oposición en espacio compartido y participación simultánea como es el caso del rugby, fútbol, balonmano, baloncesto, hockey, floorball, ultimate, fútbol, fútbol sala, etc.


Una vez delimitado estos aspectos concernientes a la definición y clasificación del deporte podemos centrarnos en la iniciación deportiva. De este modo podemos considerar la iniciación deportiva como "el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguido por un individuo, para la adquisición de la capacidad de ejecución práctica y conocimiento de un deporte. Este conocimiento abarca desde que el individuo toma contacto con el deporte hasta que es capaz de jugarlo con adecuación a su estructura funcional" (GEIP, 2001).


Un individuo está iniciado en un deporte cuando, "tras un proceso de aprendizaje, adquiere los patrones básicos requeridos por la situación motriz específica y especialidad de un deporte, de manera tal que además de conocer sus reglas y comportamientos estratégicos motores fundamentales, sabe ejecutar sus técnicas, moverse en el espacio deportivo con sentido del tiempo, de las acciones y situaciones y sabiendo leer e interpretar las comunicaciones motrices emitidas por el resto de los participantes en el desarrollo de las acciones motrices" (Hernández, 1986).



Tendencias en el análisis de la iniciación deportiva


Podemos diferenciar dos grandes tendencias en el análisis de la iniciación deportiva:


· Modelo de enseñanza vertical liderado por autores como Wein (1995) y Usero y Rubio (1993). Este modelo comienza con la puesta en práctica de juegos modificados o simplificados para pasar a una segunda fase en la que se trabaja a través de la aplicación de minideportes. Finalmente el proceso termina con el aprendizaje específico del deporte estándar.


En caso de que alguno de los practicantes tenga problemas de tipo técnico en alguna de las fases se pasará a un modelo analítico de enseñanza fuera del juego de forma eventual, hasta el punto en que el alumno logre superar el objetivo planteado en el punto en el que se detuvo el proceso.


· Modelo de enseñanza horizontal propuesto por Blázquez (1986), Lasierra y Lavega (1993), Devís y Peiró (1992). En este tipo de modelos se busca en primer lugar una iniciación común a varios juegos deportivos. A partir de este punto el proceso se divide. Por un lado, se puede pasar a una transferencia vertical de juegos modificados y formas jugadas hasta llegar (como en el modelo vertical) al deporte estándar. Y por otro, se puede continuar con una transferencia horizontal para llegar a la práctica de diferentes juegos deportivos. De todas formas, este modelo ha sido concretado por dos corrientes diferenciadas: la corriente estructural y la corriente comprensiva.


En la corriente estructural del modelo horizontal, Blázquez (1986), Lasierra y Lavega (1993) todos ellos centrados en los juegos deportivos colectivos de invasión, el juego se convierte en un recurso fundamental, aunque sin presentar orientaciones claras que faciliten la comprensión táctica del alumno ni orientaciones y/o preguntas claras que faciliten la comprensión que estimulen la reflexión sobre lo que se presenta y puede ocurrir. En un principio esta corriente tuvo influencias de Bayer (1986) y de Parlebas (1981, 1986) a través de su teoría praxiológica, aunque con las nuevas aportaciones de Hernández (1994) las líneas a seguir se han dividido algo más entre éste último y los autores representativos de la corriente estructural propiamente dicha, sobre todo por la nueva visión sistémica que ha adquirido la praxiología estos últimos años (Grupo Praxiológico de Las Palmas 1997).


Por su parte, en la corriente comprensiva del modelo horizontal (Devís y Peiró, 1996), el juego continúa siendo su herramienta fundamental, aunque la orientación del mismo se encuentra enmarcada dentro de un grupo determinado de Juegos Deportivos Modificados denominados de blanco y diana, bate y campo, cancha dividida y muro, y de invasión. Estos autores proponen una enseñanza integrada de cada uno de estos grupos en lugar de una específica hacia un deporte determinado (al contrario que el modelo vertical).


· Nuestro Modelo para los deportes de colaboración / oposición de participación simultánea y espacio compartido.


Consideramos que no se puede hablar de que el modelo de enseñanza vertical sea mejor que el horizontal o viceversa en la iniciación deportiva, pues en nuestra opinión todo depende del tipo de deporte que se trate y del contexto donde se produzca (escuela, club deportivo, etc.), pues no todos pueden ser tratados de la misma forma, cada deporte presenta unos elementos estructurales diferentes que hacen que en cada caso particular sea más idóneo utilizar un modelo de enseñanza u otro; además, también estaría la edad de los alumnos en la que se inicia el proceso de iniciación deportiva, así como la fase en la que se puede situar el proceso.


En el contexto en que nos encontramos, el de la Educación Primaria, creemos que el modelo que más éxito puede tener en el contexto educativo es el modelo horizontal ya que nos asegura una iniciación común a varios deportes de estructura funcional similar. En este modelo lo que se trata es de asegurar el aprendizaje de los aspectos técnico-tácticos individuales y colectivos básicos de los deportes. Así por ejemplo aprender a realizar desmarques de apoyo y ruptura en el fútbol facilitará la transferencia lateral (Gagné, 1990) de los mismos en otros deportes (balonmano, hockey, etc.). Este modelo estaría reservado para el primer y segundo ciclo de Educación Primaria.


Ahora bien, una vez que los alumnos ya han fijado los aspectos técnico-tácticos individuales básicos de los deportes somos de la convicción de que el modelo a seguir debe ser el modelo vertical, ya que nos asegura una mayor profundización en una modalidad deportiva. Este modelo sería aplicable a partir del tercer ciclo de Educación Primaria en adelante.


proceso de iniciación deportiva


Hernández (1990) propugna una secuencia general en fases para la iniciación deportiva desde la estructura y dinámica de los deportes cuando se aplica a un grupo. Atendiendo al grado de complejidad resultante de los parámetros que componen la estructura de una especialidad deportiva concreta, las fases que se establecen son las siguientes:


a. Práctica de situaciones motrices que contengan sub-objetivos motores no prioritarios, por ejemplo pasar, tirar, etc.


b. Práctica de situaciones motrices correspondientes a un grupo de deportes que posean el mismo objetivo prioritario, y condiciones diferentes del espacio y comunicación, como por ejemplo llevar el móvil a la meta en voleibol, baloncesto, etc.


c. Práctica de situaciones motrices correspondientes a un grupo de deportes que posean el mismo objetivo prioritario, y las mismas condiciones de espacio y comunicación como por ejemplo llevar el móvil a la meta en hockey, fútbol, etc.


d. Práctica de situaciones motrices correspondientes a un deporte concreto, por ejemplo balonmano.


Lasierra (1990) retornando la propuesta de roles de Bayer y Blázquez, plantea la siguiente secuencia de situaciones de enseñanza:


a. Fase de relación previa a los aprendizajes específicos. El dominio del móvil es un condicionante de tal medida que, según Lasierra, es necesario realizar esta fase de aprendizajes técnicos básicos previa al aprendizaje táctico.


b. Fase de desarrollo de los elementos básicos de la técnica y táctica individuales, donde se desarrollan patrones motores de diferentes juegos, así como las intenciones tácticas individuales de ataque y defensa.


c. Fase de desarrollo de los elementos básicos de la táctica colectiva.


d. Fase desarrollo de los sistemas de juego de ataque, defensa y transiciones (repliegues y contraataques), así como otras situaciones especiales (golpes francos, saques de banda, etc.).


Horst Wein (1995) propone un modelo dividido en cinco etapas cuyos contenidos básicos y denominaciones son las siguientes:


Nivel: Juego de habilidad y capacitación de base.


· Juegos polivalentes.


· Habilidades básicas.


Nivel: Juego simplificado.


· Prácticas simplificadas de juegos similares al deporte que se aprende.


Nivel: Minideporte.


· El deporte de que se trate con número reducido de participantes.


Nivel: Juego modificado.


· Simplificación de las reglas de juego del deporte.


Nivel: Juego reglamentado.


· Práctica del deporte como tal.


1 comentario:

  1. Hola Manuel

    El blog aunque tiene un tema interesante le hace falta imágenes, indicar la fuente de donde ha sacado la información, ademas videos y algúnos gadgets


    John Fredy

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